Las preocupaciones del gobernador (e) de La Guajira un mes después de asumir el cargo

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El superintendente de Notariado explica las medidas que tomará para evitar que los recursos destinados a la alimentación de los niños se sigan perdiendo por cuenta de la corrupción. Preocupa desorden financiero y de contratación.
Por: Marcela Osorio Granados
En Twitter: @marcelaosorio24

Desvíos fiscales por $16.792 millones en el Programa de Alimentación Escolar (PAE), monopolio en su ejecución de alianzas hechas entre los operadores, sobrecostos de alimentos, retrasos en la ejecución de los programas y deficiencias en la vigilancia y el cumplimiento de los contratos. Los hallazgos hechos por la Contraloría General, como resultado de una auditoría realizada entre el 1º de marzo y el 15 de julio de 2016, son la prueba fehaciente de que en La Guajira la corrupción ha campeado tranquilamente en los últimos años, mientras decenas de niños —40 en lo corrido del año— han muerto por desnutrición en zonas como Riohacha, Manaure, Maicao y Uribia.
Y aunque se trata de un fenómeno alarmante, el problema de la contratación de alimentación escolar es tan sólo uno de los muchos males que aquejan al departamento. Crisis de la salud, carencia de agua potable, precaria infraestructura vial y desórdenes administrativos completan el complejo panorama de una región que históricamente ha sufrido el abandono estatal. Por eso, la tarea del gobernador encargado, el superintendente de Notariado Jorge Enrique Vélez, no ha sido nada fácil. Completa ya un mes en el cargo, tras la destitución de la titular Oneida Pinto, cuya elección fue anulada por el Consejo de Estado, y a pesar del disgusto de muchos sectores, Vélez ha tenido que poner mano firme y sortear todo tipo de situaciones para cumplir la tarea que le encomendó el presidente Santos: poner la casa en orden.
¿Qué medidas se adoptarán para solucionar la crisis de alimentación escolar develada por el informe de la Contraloría?
El tema de los alimentos es muy grave. Hemos tomado dos determinaciones. Estamos haciendo un equipo con Bienestar Familiar, trabajando en conjunto para que sea una sola política, y estamos tratando de llegar a todas las rancherías y lugares donde tengamos niños, con una estrategia de microfocalización. Cuando llegué a la administración encontré que ya se había ejecutado todo el presupuesto en el tema de alimentación para los niños, pero logramos con el Ministerio de Educación que se nos dieran unos dineros, que estamos esperando que lleguen la próxima semana, y vamos a contratar con la Arquidiócesis para que se encarguen del Programa de Alimentación Escolar. Entenderá que, tras el informe que acaba de presentar el contralor, no voy a entregar ningún tipo de contratación, pues me genera una gran desconfianza en las personas que venían prestando esos servicios.
¿Qué otras irregularidades ha encontrado en este mes de trabajo?
Encontré un gran desorden administrativo, pero hemos logrado avances importantes. En el tema financiero, por ejemplo, hemos detectado dónde están los dineros de la Gobernación. Pudimos encontrar que hay muchos que vienen de vigencias anteriores, 2013-2014, que en su mayoría son de regalías, pero que no se ejecutaron. Además hemos encontrado una gran cantidad de cuentas, por una suma alrededor de los $160.000 millones, y cuando empezamos a revisar, no tienen un respaldo en documentos.
¿No existían registros?
No. Tuvimos que rearmar la parte financiera porque no había balance, no había consolidación de bancos. Estamos replanteando y cancelando el número de cuentas que no necesitamos. Estamos mirando el tema de CDT este año. Yo creo que en esa materia estaría ejecutado casi el 89 % de presupuesto, que me parece absolutamente complicado, porque la gran mayoría está con convenios a los municipios. Realmente no le veo ninguna dificultad a que lo tengan los municipios, pero mi preocupación es que hay que hacer seguimiento a esos dineros.
Y en el tema de contratación...
No hay contratos, no aparecen. Existen sólo los de este año. Eso está completamente desordenado, los archivos están tirados en el piso, usted no identifica de dónde viene un contrato. Ha sido completamente difícil. A nosotros no nos entregaron la Gobernación; casi nos tocó llegar a buscar la información con cada uno de los secretarios.
Pero, con tanto desorden administrativo, ¿sí hay recursos para trabajar en los proyectos que tiene en mente?
Yo creería que sí, pero tendría que esperar una semana y media más para tener más o menos claro con qué podemos disponer en el departamento para trabajar.
Ha tenido que hacer un trabajo de depuración para poner la casa en orden. ¿Ha habido resistencia de sectores o funcionarios?
Ha sido un trabajo intenso, de muchas decisiones, que obviamente ha generado molestia de algunas personas, mucha resistencia, pero eso a mí me parece bien. En la medida que los callos duelan es porque estamos tocando donde teníamos que tocar. Yo seguiré en esa labor, que es la que me ha encomendado el señor presidente.
Otro de los temas que más preocupan es la crisis de salud del departamento. ¿Qué se está haciendo en esa materia?
Estamos terminando el documento que le presentaremos al ministro de Salud el próximo lunes, y seguramente en los próximos días va a haber unas intervenciones de algunos centros hospitalarios. Además, con la reforma que quiere presentar el Ministerio —bajar de 23 a cuatro o cinco EPS— podremos consolidar mucho mejor la salud en materia preventiva y correctiva.
Y en términos de inversión, ¿cuáles son los planes?
Estamos sacando el maletín para hacer una propuesta sobre la gran generación de energía eólica y generación de energía solar. Me he reunido con unas siete u ocho compañías nacionales e internacionales para buscar que el departamento de La Guajira sea en el futuro el segundo productor de energía del país, después de Antioquia.

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