Caso Colmenares: el indicio que apareció en el funeral

Trinidad Escobar, prima de Luis Andrés Colmenares, declaró este viernes y contó lo que hizo Laura Moreno ese día.
Tomado de la revista semana.com

Este viernes se reanudó el juicio en contra de las jóvenes Laura Moreno y Jessy Quintero, investigadas por la muerte de su amigo y compañero de estudios Luis Andrés Colmenares. La Fiscalía y la defensa exponen a sus testigos y muestran sus cartas con el paso de las semanas.
El turno este viernes le correspondió a Trinidad Escobar, prima de la víctima. La mujer contestó varios interrogantes al fiscal del caso. En una de sus respuestas destacó que el día del funeral, notó bastante conmovida a Laura Moreno y le llamó la atención que ella, al acercarse al ataúd de Colmenares, le pidió perdón.
"Vi que lloraba de una manera inconsolable. La amiga trataba de consolarla y lloró durante mucho tiempo. De un momento a otro se acercó al féretro y dijo: “Perdóname, Luis, perdóname” y salió de la sala. A mí eso me llamó mucho la atención", declaró la prima de la víctima ante la juez 11 de conocimiento.
Otro de los que pasaron al estrado judicial fue un perito del CTI de la Fiscalía, encargado de realizar las fotografías y la recreación de los hechos, en compañía de Laura Moreno. Solamente expuso el material y la sucesión de lo ocurrido.
Hace unos días, en el mismo estrado, declaró Oneida Escobar, madre del joven. Ella recordó lo ocurrido esa fatídica madrugada del 31 de octubre del 2010, cuando acudió al parque El Virrey, en el norte de Bogotá, el último sitio donde Luis Andrés fue visto con vida. Horas antes, una llamada telefónica la había sobresaltado.
“Yo estaba durmiendo con mi hijo Jorge porque mi esposo se había ido para Chile y Luis había salido para una fiesta. En la madrugada sonó el teléfono, Jorge contestó y le habló Gonzalo Jiménez, compañero de Luis Andrés. Él le preguntó a Jorge que si su hermano había llegado a la casa. Le dijo que fuera al cuarto a revisar si estaba ahí. Gonzalo le dijo ‘no le vayas a decir a tu mamá: tu hermano salió corriendo y lo estamos buscando’”.
Oneida recalcó cómo, tras esa llamada, se le derrumbó el mundo. “Yo me desesperé y salí como una loca a buscar a mi hijo. Hablé con Gonzalo y él decía insistentemente que no fuera. Luego de preguntar varias veces, me informó que estaban en el CAI del parque El Virrey. Faltaba un cuarto para las 5:00 a. m.”.
Tras ello la madre afirma que observó el caño en búsqueda de evidencias. “Busqué sangre, pero no vi nada raro. Le pregunté (a Laura) por el corbatín que tenía mi hijo. Ella me dice que él se lo enrolló en las manos. Me asomé y no había gran cantidad de agua, estaba limpia y se veía el piso. Ella me dijo que se había metido y que el agua le daba en los talones”. 
“Me llamó la atención que Laura me dijo que los dos saltaron las barandas del parque. A mí me pareció imposible porque esas barandas son muy altas. Miden 70 centímetros y mi hijo, supuestamente, iba borracho. Pero si estaba así, ¿cómo salió (del caño)? Y ella me decía: “Pero él salió, él salió”.
Estos testimonios se deberán contrastar con las demás pruebas acerca de sobre lo ocurrido en la noche del 30 de octubre del 2010 y la madrugada siguiente. Todo debería permitir saber realmente qué le ocurrió al joven estudiante.

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