Transversalidad de la ineficiencia en La Guajira y sus efectos ‘anestesiantes’

 Así de extraño como parece el título de mi escrito, así de extrañados estamos muchos guajiros con la actitud pasiva que hemos adoptado o tenemos frente a la ocurrencia de varios hechos, o por el estado de varias cosas en el Departamento que parecen no tener importancia o nos parecen que no impactarían nuestra dinámica social, económica y política.


Pero es todo lo contrario, nos golpean y nos están golpeando duro y nos mantienen en riesgos y aun así tenemos un adormecimiento, por lo que nos deberían calificar de cómplices o de testigos mudos de esos fracasos o situaciones adversas para la península y sus habitantes. Son verdaderamente situaciones y hechos ‘anestesiantes’ porque en otras épocas armábamos barullo, opinábamos y hasta incitábamos para hacernos sentir.


Son varias las situaciones que nos han ocurrido y nos están ocurriendo, y sin ir muy lejos, en los últimos años a algunas de ellas les encontramos la excusa perfecta que disfraza nuestra adinamia y se llama pandemia, y otras, “están muy bien gracias, que pasen”. Es poco o nada lo que los grupos de interés del Departamento se han referido a estas situaciones, dando la percepción que estamos sin sangre en las venas o que somos indolentes ante ellas. Así es con muchas cosas que nos han ocurrido, o sea que es transversal esa displicencia, o desidia y ausencia de liderazgo de quiénes deben, por su responsabilidad administrativa y política, estar al frente en defensa o reclamando resultados efectivos o proponiendo soluciones a esas falencias.


Comienzo por comentar la destitución del gobernador. Un hecho de altísima sensibilidad para los intereses institucionales, económicos, sociales y políticos del Departamento. Entre alegrarse unos y lamentar otros nos las hemos pasado, pero que hayamos propiciado una solución político-administrativa definitiva, no lo hemos hecho. Aquí, aclaro dos cosas: la primera, que no se entienda que deberíamos levantarnos como ‘Primera Línea’ y vandalizar, o irnos contra un fallo de ley, o a no acatar la decisión legal. No. Respetuosos de la ley sí hemos sido. Y la segunda, no es que no se hayan movido “los representantes de los partidos inscriptores”. Sí. Sí, se han movido, pero no para la solución administrativa, sino para la solución política, partidista y de intereses particulares. Esa puja o desidia nos ha causado, nuevamente, y de eso sí sabemos, un daño enorme por la interinidad, a pesar de los buenos esfuerzos del Sr. gobernador encargado de hacer insensible los efectos del hecho político-administrativo in comento.
Otra situación de altísima gravedad es: se está dando la liquidación del componente salud de Comfaguajira y por lo visto hasta ahora pareciera que se están haciendo grandes esfuerzos para que ese hecho de enorme impacto social, empresarial, gremial y económico no se diera a conocer ante toda la comunidad, y por ahí derecho: el grueso de sus repercusiones. Grupos de interés como la Cámara de Comercio de La Guajira, los sindicatos, los trabajadores en general, patronos afiliados, clientes tipo alcaldías e IPS han mostrado silencio, desidia o ¿develaron su desconocimiento de que es una Caja de Compensación y lo que pesa su componente salud para un pueblo, una comunidad y un territorio? La sociedad civil o la comunidad usuaria de la Caja solo ha recibido uno o dos comunicados de réquiem, pero el pueblo guajiro necesita es una información amplia, suficiente y clara del proceso de gestión de ese negocio de nuestra Caja de Compensación. Hay ‘anestesia’ en los líderes gremiales y en especial del sector salud; en los responsables administrativos, en el consejo directivo, en la comunidad y sus líderes sociales.


Otro tema muy álgido e importante y lamentable es la ola de inseguridad ciudadana que golpea nuestros cascos urbanos, zonas rurales, carreteras y residencias. No hay alcalde que no haya hecho tutiplén de consejos de seguridad, ampliados y cerrados, y según participantes, son las mismas promesas, las mismas conclusiones, pero acciones efectivas, contundentes, resultados tangibles, medibles y controladores de la desbordada y peligrosa situación: ¡Nada! Puros anuncios que le producen ‘anestesia’ a los funcionarios públicos, a los demás participantes, incluidos fuerza pública. Me atrevo a asegurar que en algunas alcaldías se han hecho más consejos de seguridad que reuniones con la dirigencia comunal de cada municipio que para este tema, empoderándolos y apoyándolos pueden aportar más que esos estéticos consejos de seguridad.


Dentro de los sectores de la economía guajira es fuerte el agropecuario. Dentro de él pocas son las voces que claman organización. Eso demuestra que parece que también están ‘anestesiados’ estos agremiados a pesar de la gran arremetida de la delincuencia.
El sector transportador sí ha estado solo exigiendo seguridad en las vías para poder hacer su trabajo; ellos han puesto fatalidades tanto de sus miembros como de sus clientes. Aquí también están ‘anestesiados’ los de la fuerza pública y demás encargados de la seguridad ciudadana. Es transversal para gobernantes y fuerza pública el silencio y falta de acciones eficaces. ¡Ojo, viene diciembre! Ojo, viene temporada turística y si se va a seguir dejando que nos atraquen y nos maten en las vías, contribuimos como autoridades y sociedad civil a ‘matar la gallina de los huevos de oro’.


La famosa Sentencia T-302 de 2017 de la Corte Constitucional, que declara estado de cosas inconstitucionales y que tiene más de 10 actores o responsables en el territorio, se ha convertido en un monumento a la insensibilidad humana y social por su falta de cumplimiento con lo declarado y penado en ella. ¡Nos hemos dado el lujo de no atender en debida forma una orden de nuestra máxima Corte! Aquí pasamos de ‘anestesiados’ a estado comatoso por la falta que constituye este incumplimiento o más bien irresponsabilidad por la escasa gestión o gestión ineficiente e ineficaz de los actores. Aquí solo los anuncios de la prensa nacional y los críticos y ‘criticadores’ nos despiertan de vez en cuando, pero no nos levantamos de nuestros lechos y mucho menos salimos de nuestras ‘zonas de confort’. ¡Así no vamos a salvar a nuestra madre etnia! Este es otro hecho que amerita el más grande pronunciamiento ciudadano, de autoridades civiles y tradicionales, hasta que haya mejoramiento de ese estado inconstitucional de cosas que nos están matando. La ineficiencia es la transversalidad que ha cooptado a esos actores.


En el sur de La Guajira, en el trayecto de la vía de Urumita al río Pereira, exactamente en el territorio guajiro, se corre un riesgo de accidente grave y con una alta potencialidad de fatalidades por la cantidad de árboles que están al lado y lado de esa vía. Son árboles que dan una buena sombra, pero encarnan un peligro por el estado riesgoso de sus grandes ramas ya vetustas, secas, quebradizas y débiles por la pérdida de su vitalidad vegetal. El desprendimiento de una rama de esas o pedazos de las mismas ya nos han ocasionado incidentes sobre vehículos, y de paso la perturbación de la movilidad.


Por todo eso a Corpoguajira e Invías, la Veeduría de Villanueva les ha hecho varios requerimientos, entre ellos Derecho de Petición para que intervengan esos riesgos y peligros que hay en la vía y los mitiguen o eliminen, y a pesar de esa insistencia, están latentes y vivos; por esa actitud es evidente que esas dos instituciones también están atravesadas por la transversalidad de la ineficiencia. No hay ninguna acción. Pareciera que estuviesen de acuerdo para ‘tirarse la pelota el uno al otro’, pero para asumir responsabilidad, no logran acuerdo. Ojalá que no vayan a acelerar una solución después de ocurridos hechos graves o irreparables que lamentar.



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