La Ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez, presentó este martes a los gobernadores de la Costa Caribe el plan de transformación energética, en el cual la región tiene un rol fundamental por su potencial de generación de energía solar y eólica.
Particularmente, la Costa Caribe tiene más potencial solar y eólico que el del resto del país en generación hídrica. Por ejemplo, la velocidad del viento de La Guajira es el doble que la del promedio mundial.
“El Caribe tiene la fuente de la nueva energía de Colombia. El potencial de inversiones y de generación de empleo en la región Caribe, gracias a las fuentes no convencionales de energía renovable, es inmensa. Invitamos a los Gobernadores y Alcaldes de la región para que hagan una alianza con la academia, los industriales, los comerciantes y con el Congreso de la República que permita asegurar planes de capacitación, empleo e inversión a partir de este tipo de proyectos”, sostuvo la Ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez.
Como respuesta a la iniciativa del Ministerio de Minas y Energía, los Gobernadores de Atlántico, Eduardo Verano de la Rosa; de Bolívar, Dumek Turbay; del Cesar, Franco Ovalle; de Magdalena, Rosa Cotes; y encargado de La Guajira, Wilson Rojas, firmaron su compromiso con la transformación energética del país.
Durante el encuentro, la Ministra María Fernanda Suárez destacó que de los 22 proyectos que se presentaron para participar en la primera subasta de contratación de energía eléctrica a largo plazo, que se llevará a cabo el próximo 26 de febrero, 15 están ubicados en la Costa Caribe, ocho de ellos en el departamento del Atlántico, cuatro en La Guajira, dos en Cesar y uno en Córdoba.
Esta subasta conectará a las compañías vendedoras, que ofrecerán la energía generada a partir de estos proyectos, con compañías compradoras para la posterior distribución y comercialización de esta energía a los usuarios.
La meta del Gobierno Nacional, en este cuatrienio, es pasar de 50 megas, lo que necesita una ciudad como Ibagué, a 1.500 megas de capacidad instalada en fuentes no convencionales de energías renovables, lo que necesitan Medellín y Cali juntas, con inversiones estimadas entre 1.300 y 1.800 millones de dólares y una reducción aproximada de tres millones de toneladas de CO2, equivalente a la siembra de 6 millones de árboles.
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