La CIDH y la desnutrición wayúu

Por: Weildler Guerra

La CIDH consideró que la vida e integridad personal de los miembros de estas comunidades indígenas están en grave riesgo. La Comisión solicitó asegurar la disponibilidad, calidad y acceso de esta población a los servicios de salud, agua potable y alimentos de manera sostenible y suficiente para que puedan satisfacer estas necesidades con pertinencia cultural .
Las cifras sobre mortalidad de la población infantil difieren significativamente según el tipo de fuente, ya se trate de agentes comunitarios o de entidades gubernamentales. Sin embargo, la muerte de un solo niño ya es injustificable y, aun tomando las cifras más bajas, estas deberían provocar, como las del analfabetismo, una verdadera emergencia nacional. La indignación transitoria que ella genera tiene la dirección, la energía y la permanencia de un buscapié. Con frecuencia se olvida que tiene un carácter multicausal y que ella no se limita a una mera dimensión administrativa.
La situación de hambre en La Guajira se exacerba en las estaciones secas y golpea con mayor rigor a aquellos grupos familiares indígenas dotados de menos recursos materiales y cognitivos. La dura sequía que el centro del país empieza a experimentar tiene ya tres largos años en la península. Durante décadas una parte significativa de la población indígena se abasteció de alimentos en Venezuela. Colombia se desentendió de esta situación, pero la crisis de abastecimiento en el país vecino puso de manifiesto esa dependencia. El Gobierno central y los otros niveles de gobierno, deberán asumir, según lo ordena la CIDH, su responsabilidad por tantos años de desidia hacia esta población.
Los pescadores artesanales han perdido control territorial sobre su mar en el que abundan hoy las embarcaciones de pesca industrial. Esta y otras formas de expropiación territorial comprometen seriamente la continuidad e integridad de sus sistemas alimentarios. Se está en mora de crear Zonas Exclusivas de Pesca Artesanal en una península con más de 400 km de costa. Dado que las especies vegetales que proveían alimento en el pasado han sido sustituidas por pastas y bebidas azucaradas es muy importante promover el reconocimiento y preservación de los conocimientos indígenas sobre sus sistemas alimentarios y las fluctuaciones ambientales ya que pueden aportar soluciones dinámicas a la actual situación de vulnerabilidad
El ICBF debe revisar a fondo el enfoque asistencialista de sus programas. Ello estimula la captura de rentas a lo largo de una cadena llena de voraces intermediarios. Hay que asumir el reto integral de fortalecer las actividades económicas wayúu con el fin de erradicar el hambre y construir sistemas alimentarios sostenibles e inclusivos. La responsabilidad sobre este problema debe recaer también en otras entidades públicas. Es hora de ir más allá de la mera indignación nacional pues la conciencia no se calma con el envío al desierto de miles de botellas de agua envasadas en plástico que nada solucionan y que empeoran aún más la actual situación.

wilderguerra©gmail.com

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