En el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, el Defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora Gómez, recorrió el departamento de la Guajira, al noreste del país, en donde al menos 43 niños murieron por factores asociados a la desnutrición que padecen las comunidades indígenas de la zona. Además se verificó la precariedad en la adquisición de recursos básicos como salud y educación.
“No tiene presentación que 43 niños menores de 5 años hayan perdido la vida por la desnutrición”, manifestó el Defensor del Pueblo.
“Durante 2014 ya son 43 los menores de edad muertos por factores asociados a la desnutrición en el departamento de La Guajira, cifra que contrasta con las 23 muertes registradas el año pasado por las mismas causas”, indicó el organismo, que vela por la defensa de los derechos humanos.
De acuerdo con las quejas manifestadas por las comunidades, varios fallecimientos de niños y niñas no han sido reportados debido a las largas distancias y a las condiciones de abandono que debe afrontar la población indígena del departamento, que por esta razón se ve en la necesidad de enterrar a sus difuntos en sus propios territorios, reseña el informe.
Por otro lado, líderes de la sociedad civil asentada en los territorios ancestrales manifestaron a la Defensoría su preocupación por la ausencia de Estado y por la falta de acceso a temas elementales como la alimentación, el agua y los servicios de salud.
El Defensor del Pueblo anunció que se dio aviso a los organismos de control, sobre las quejas de la comunidad relacionadas con presuntas irregularidades en el suministro de las ayudas del Gobierno, “para que den inicio a las investigaciones correspondientes”, señaló el funcionario.
Otro tema que preocupa a la Defensoría del Pueblo es la educación, Durante el recorrido, Otálora visitó varios planteles educativos en el departamento, y comprobó que los niños reciben clases a la intemperie y sin la infraestructura adecuada.
Según reportes de la visita, 33 familias tienen como única fuente de abastecimiento de agua un poso artesanal de gran profundidad, que generalmente permanece vacío debido a que se trata de fuentes naturales que por la sequía en dichas zonas no logra alimentarse suficientemente.
El departamento de La Guajira sufrió en agosto pasado una fuerte sequía que obligó a las autoridades a llevar ayuda alimentaria a las comunidades de la zona, mientras que la Defensoría declaró una “crisis humanitaria” por la desnutrición de al menos 30.000 niños.
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