Bogotá, D. C., 1° de abril de 2009.
Apreciado Hernán, la distancia no es un límite para enviarte mi cariño y afecto villanuevero.
Como ya lo sabes, me encuentro en Bogotá llevando a cabo los trámites, exámenes y procedimientos que me permitan ponerme en las manos de la ciencia, a través de Dios, para superar algunos quebrantos de salud que me han surgido, y que tengo la confianza de que van a ser superados, de acuerdo con el diagnóstico inicial de los médicos.
Además de mi saludo, la razón de escribirte es para dejar constancia de mi gratitud por la semblanza que escribiste con respecto a mi vida, la cual, después de leerla me llevó a concluir, como lo hizo el poeta: “confieso que he vivido”. Tus palabras me llenaron de vitalidad, para darme cuenta de que he transitado por esta vida transmitiendo lo que he sentido y vivido con mi familia, mis amigos, mi folclor, mi idiosincrasia, en fin con mi esencia… y hasta ahora puedo darme cuenta que tu la conoces. Definitivamente, todo lo que he dicho y hecho ha sido visto y oído por todo el mundo, nada de mi vida ha transcurrido en secreto.
Estoy pegado de la voluntad divina, para que después de que me permita superar este transe, me quede el tiempo que necesito para completarla y así poder repetir como lo hizo nuestro querido Nobel: “vivir para contarla”.
Te mando un fuerte abrazo, extensivo a través tuyo para todo el pueblo villanuevero; aquí seguiré aguantando frío hasta recuperarme plenamente, para volver a compartir con todos el calor de nuestro pedacito de pueblo, y seguirles cantando, bebiendo y brindando hasta cuando ya nos conozcamos. Porque nadie podrá dudar, con respecto a Villanueva después de que la conoce que “Aquí queda el Cielo”.
Te va mi cariño,
Poncho Cotes Jr.
Como ya lo sabes, me encuentro en Bogotá llevando a cabo los trámites, exámenes y procedimientos que me permitan ponerme en las manos de la ciencia, a través de Dios, para superar algunos quebrantos de salud que me han surgido, y que tengo la confianza de que van a ser superados, de acuerdo con el diagnóstico inicial de los médicos.
Además de mi saludo, la razón de escribirte es para dejar constancia de mi gratitud por la semblanza que escribiste con respecto a mi vida, la cual, después de leerla me llevó a concluir, como lo hizo el poeta: “confieso que he vivido”. Tus palabras me llenaron de vitalidad, para darme cuenta de que he transitado por esta vida transmitiendo lo que he sentido y vivido con mi familia, mis amigos, mi folclor, mi idiosincrasia, en fin con mi esencia… y hasta ahora puedo darme cuenta que tu la conoces. Definitivamente, todo lo que he dicho y hecho ha sido visto y oído por todo el mundo, nada de mi vida ha transcurrido en secreto.
Estoy pegado de la voluntad divina, para que después de que me permita superar este transe, me quede el tiempo que necesito para completarla y así poder repetir como lo hizo nuestro querido Nobel: “vivir para contarla”.
Te mando un fuerte abrazo, extensivo a través tuyo para todo el pueblo villanuevero; aquí seguiré aguantando frío hasta recuperarme plenamente, para volver a compartir con todos el calor de nuestro pedacito de pueblo, y seguirles cantando, bebiendo y brindando hasta cuando ya nos conozcamos. Porque nadie podrá dudar, con respecto a Villanueva después de que la conoce que “Aquí queda el Cielo”.
Te va mi cariño,
Poncho Cotes Jr.
Que Dios permita, por un lado, la preservacion de la magistral pluma de Hernan Baquero Bracho, en beneficio de quienes deseamos conocer los verdaderos valores de una Guajira que se resiste a la aculturacion...pero de igual modo, permita la recuperacion de la salud de un verdadero icono de nuestra esencia vallenatologica: PONCHO COTES JR. Salud, juglar insigne. En maicao te recordamos con admiracion y afecto.RAUL BRUGES FUENTES, director de la casa de la Cultura de Maicao.
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