Por: Rodrigo Daza Cárdenas.
Siempre los
pueblos, desde la época prehispánica y aun desde la conquista misma, han
crecido del centro hacía afuera. Esto se ha dado en cumplimiento de algunos
parámetros como la jerarquía gubernativa cuando el cacique o el conquistador se
establecían y todo giraba a su alrededor, o cuando la construcción de
referencia era la iglesia, y frente a ella se organizaba la plaza principal y a
su alrededor se establecían los más pudientes o los que tenían mandos. En fin,
esta fue una constante que ha permanecido por siempre y este esquema
urbanístico aun cuando histórico, ha conllevado en la dirección del crecimiento
del pueblo una disminución de servicios de todo tipo para los habitantes que se
van asentando en zonas más alejadas del centro o punto inicial de la fundación
del pueblo.
En nuestros
municipios guajiros eso ha sido una constante hasta hace poco cuando comenzaron
a construirse las urbanizaciones o conjuntos habitacionales y estos, por
supuestos, dadas las características de su diseño y oferta, les garantizan todo
tipo de servicios básicos, sobre todo los domiciliarios y el acceso.
De manera
particular, al observar esta constante de construcción y crecimiento en
Villanueva, es patético que eso haya ocurrido y esa constante se ha convertido
en un factor de exclusión de las zonas periféricas de este municipio puesto que
el crecimiento del casco urbano se ha dado a expensas de invasiones de terrenos
buscando los habitantes soluciones de vivienda. Son una realidad estos barrios
y han contribuido con el crecimiento urbanístico del pueblo, pero no han tenido
el desarrollo integral que han tenido los barrios o sectores aledaños al centro
de la población o sus zonas más próximas.
Se ha trabajado
bastante para llevar servicios básicos y soluciones sociales a los habitantes
de estas dignas zonas, pero como no se ha planificado ni definido un objetivo
integrador para satisfacción de necesidades básicas insatisfechas de esos
barrios, no se ha sido eficiente. Y así como dije que ya son una realidad, se
complementa diciendo lo hecho, hecho está, pero hay que darle un quiebre a las
desigualdades y buscar la manera para que el crecimiento de Villanueva,
representado por esas zonas marginales, se encuentre con el desarrollo de su
zona centro y aledañas.
Los barrios de
la periferia de Villanueva requieren de atención especial para equilibrar
muchas condiciones urbanísticas, sociales, de servicios, de recreación, de
oportunidades de comercio, trabajo y emprendimiento. Hay que planificar
inversión productiva y de rentabilidad social para que ese anhelado encuentro
entre el crecimiento y el desarrollo logre cerrar brechas de inequidad social
en el municipio. Si logramos que se trasladen las buenas oportunidades de la
zona centro y aledañas a las zonas periféricas del municipio, construyendo o
mejorando los accesos viales, estaremos incrementado la generación de empleos,
estaremos facilitando las gestiones de los habitantes que tienen que alejarse
de su propio barrio para venir hacer sus diligencias en el centro o encontrar
lo que necesitan porque en sus zonas no hay quien oferte o quien brinde
servicios. Por ejemplo, el Palacio Municipal debe ser expansivo de manera
virtual y planeada y así llegar hasta los barrios, de manera que muchas
diligencias, pagos de impuestos, llevar u obtener información de la
administración municipal puede darse en los barrios, logrando trasladar
funcionarios hasta esos barrios para que la administración este en todo el
territorio municipal.
Si logramos
avanzar en este objetivo, de unir crecimiento y desarrollo, es absolutamente
obvio que tenemos que comenzar por fortalecer los servicios en las zonas
céntricas para que su eficiencia y capacidades lleguen a las zonas periféricas
con iguales condiciones. Entonces, esto es lo que llamaremos integración
urbano-social del municipio y lo que debe tener, si somos ordenados y
planificadores, inversiones equitativas y de mayor valor agregado para todo el
municipio.
Es cierto que el
Plan de Ordenamiento Territorial (POT) impone unas condiciones, pero ese mismo
POT puede ser la herramienta que permita hacer encontrar el crecimiento con el
desarrollo cumpliendo la ley, sin fisuras y sin decisiones atrabiliarias, por
lo tanto, le puede facilitar al gobernante liderar el crecimiento y desarrollo
de todo el pueblo de manera transparente y equitativa.
De igual manera
ese objetivo de crecimiento y desarrollo tiene que darse en la zona rural.
En la serranía
hay que redoblar esfuerzos para garantizarles ahora lo que han buscado por
décadas para un mejor estar.
Y en la parte
baja, donde tenemos unos asentamientos poblacionales que han soportado
gallardamente durante muchos años el poco interés por hacerlos parte integral,
viva y activa de la dinámica del pueblo urbano, se deben hacer realidad sus
peticiones.
Son estos
asentamientos rurales el orgullo de la territorialidad de Villanueva.
En la zona plana
está el punto de partida o fundación de Villanueva. Esos territorios fueron
cuna de los itotos, primeros pobladores de Villanueva, y son también referencia
agropecuaria del municipio. Allí están hombres y mujeres que aún viven ahí porque
sienten el orgullo de ser villanueveros y es nuestra responsabilidad
reivindicarlos, primero con lo básico y luego con lo extraordinario que pueda requerirse
para que haya crecimiento y desarrollo armónico, en la zona rural.
@RodrigoDazaC
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