ÓMAR G. AHUMADA ROJAS
Subeditor Economía y Negocios http://www.eltiempo.com/
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En La Guajira, por ejemplo, han tenido que 'pellizcarse' para que su desarrollo no se rezague.
En la gran mayoría de las regiones productoras de minerales e hidrocarburos la dinámica social y económica cambió de manera sustancial con la implementación del nuevo sistema para distribuir las regalías, que les dio cabida a municipios no productores y transformó la forma de ejecución de los dineros directos que recibía cada departamento y municipio minero o petrolero.
Al haber desaparecido esta zona de confort en la que estaban la mayoría de regiones y poblaciones que recibían giros directos, se ha pasado de las protestas a un cambio en la forma de gobernar, ya que antes muchos mandatarios recibían un giro mensual y su labor se limitaba a decidir en qué proyectos se utilizaban los recursos.
En el caso de La Guajira, donde más del 50 por ciento del PIB proviene de la explotación minera del complejo carbonífero del Cerrejón, el cambio ha sido tan drástico que ha llevado a los alcaldes a gestionar cada peso como si fuera el último.
Y no es para menos, pues según Raúl Roys Garzón, director ejecutivo de la Fundación Cerrejón para el Fortalecimiento Institucional de La Guajira, en la nueva administración de las regalías es en donde más se ha sentido el ajuste, ya que muchos actores de la región dependían de una u otra manera del sector público.
Lo anterior, porque en La Guajira, luego de la economía que se genera por la industria extractiva, el sector público es uno de los mayores empleadores que existen, y al no haber un período de transición o de preparación para implementar el modelo, el cambio es bastante fuerte.
“Hoy, el departamento de La Guajira tiene una situación fiscal bastante compleja”, señala Roys tras explicar que en la reducción de regalías el impacto a la fecha ha sido de un 56 por ciento y que este año se sentirá otro descenso, hasta que se llegue a un nivel de regalías directas del 20 por ciento.
Señala que en el tema de la deuda, “uno podría estar pensando que en unos tres años el departamento no va a poder pagar la deuda que tiene contraída con bancos”, ya que uno de los pasivos más grandes es el relacionado con el Plan Departamental de Aguas, que ha obligado a que la Gobernación haga esfuerzos significativos para no incumplir las obligaciones. “Pero se está viendo a gatas, y cada vez será más complejo cubrir esta deuda”, agrega Roys.
Trabajo intenso
Ante esta nueva realidad, desde esta fundación se inició un plan para fortalecer institucionalmente el departamento a través de la formación de las administraciones en la capacidad de formular proyectos.
Según Roys, La Guajira fue el primer departamento que presentó masivamente proyectos para la aprobación de los Órganos Colegiados de Administración y Decisión (Ocad), y, a través de una ‘ocadtón’, se presentaron las iniciativas para mover el departamento y que este no se paralizara.
Luego se pasó a un plan de fortalecimiento de la capacidad de planeación de las administraciones municipales, pues era preocupante que se siguieran presentando cosas como que los planes de desarrollo no se ejecutaran según lo previsto y que la ejecución del presupuesto no coincidiera con lo proyectado en dichos planes.
De acuerdo con el directivo, en este momento, el mayor avance de la región está en este punto, ya que los gobernantes ven de una manera diferente sus municipios, gestionan más recursos y son más conscientes de la realidad que hay.
“En el Caribe, después de Atlántico, La Guajira es el departamento con la mejor administración pública. Y antes no aparecían en el escalafón los municipios, y ahora, están en los 100 y los 200 mejores”, agrega.
En el informe de gestión integral del Departamento Nacional de Planeación del año 2013, y medidos por la capacidad administrativa, los municipios guajiros de Villanueva, Distracción y Dibulla se ubicaron entre los primeros 200 del escalafón, con calificaciones de 96,49, 94,09 y 92,49, respectivamente.
Incluso, en la medición total, poblaciones cercanas a la operación minera como Albania y Uribia ya tienen un desempeño satisfactorio. Y es que luego del cambio, ahora entre los mismos municipios de La Guajira se pelean a las personas que se han formado, para que les ayuden a elaborar sus planes de desarrollo. “El mismo Gobernador pide prestada gente, y es algo interesante. Los gobernantes han entendido que lo clave en su administración es el componente de planeación y que si lo quitan, se desbarata el tema”, dice Roys.
Explica que hoy su gran preocupación es cómo hacer para buscar recursos, con proyectos que clasifiquen, y traerlos a la región. Además, si un gobernante no es capaz de obtener resultados, se le viene toda la gente encima, y esto es positivo, porque les ha cambiado el perfil hacia la gestión.
Más tensiones
No obstante el cambio de mentalidad, como operador minero, Cerrejón está percibiendo mayores tensiones sociales que se deben gestionar. Y es que cuando comenzó el sistema de regalías, la minera dejó de ser importante en la región, por la importancia que su actividad implicaba para las regalías directas.
“Antes, éramos los que producíamos el dinero que se utilizaba, pero como hoy no se tiene el manejo del recurso, lo que les suceda a las empresas ya no le importa tanto a la gente”, señala Roys.
Por ejemplo, antes si alguien hacía parar el tren que mueve el carbón hacia Puerto Bolívar, había movilizaciones para quitar el bloqueo, pero hoy un bloqueo puede durar una semana, y no importa.
Esto ha generado la necesidad de trabajar más en la parte social y a formular nuevos proyectos productivos, pues esta afectación en las economías regionales no las midió el sistema.
El directivo dice que uno de los ajustes que necesita el sistema es el relacionado con la propiedad de los predios en los que hacen los proyectos, que debe ser del Estado, pero esto ahuyenta a inversionistas que quieran invertir en la cofinanciación de iniciativas.
“La Ley trata de cuidar los recursos públicos para que no se vayan a temas de interés privado, pero dejó muy general la norma y no especificó qué pasa con proyectos de cooperación de diferentes entidades, que deben tener un esquema diferente, como un comodato especial”, indicó.
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