La "Neno" Daza

Con toda certeza, nos harán sentir de que “La Neno” no se ha ido, que permanece a través de sus recuerdos con nosotros; por eso podemos decir con el poeta Walt Whitman: no se ha ido, sencillamente está lejos/ con una alegre sonrisa y un ademán de su mano/ se ha adentrado en un País extraño/ y nos ha dejado preguntándonos con sorpresa/ cuán bella podrá ser aquella tierra/ en la que tanto se demora.

Por: Hernán Baquero Bracho.
Siempre lo he dicho a través de mis escritos, que la vida es una suma de recuerdos donde nos vamos convirtiendo en coleccionistas de nostalgias y en este dolor y tristeza que embarga mi alma, evoco la memoria de “La “Neno” o Elda Rosa Daza Mojica, quien murió en la clínica Laura Daniela de Valledupar a los 76 años de edad, producto de una afección pulmonar, el pasado viernes 2 de julio. Quien lo iba a creer que nuestra querida “Neno”, la inseparable vecina, la amiga sin igual, la madre luchadora, la fogosa filósofa, de quien mucho aprendí, en sus discernimientos hacía planteamientos como si fuera una erudita de la academia; pero escasamente había cursado hasta el quinto de primaria, y en las tertulias que hacíamos en su casa del barrio Las Delicias se constituía en el centro de atención. Su fogosidad y su apasionamiento hacia las ideas la hacían una oradora ejemplar. “La Neno” tenía una frase precisa para la ocasión; un consejo sano para los momentos de tristezas y dolores y una carcajada oportuna para los momentos felices.

Cuantos recuerdos evoco de esta matrona villanuevera. Recuerdos que se trasladan a mi niñez, cuando en las vacaciones, ella con su inseparable “Chago” o Santiago Altamar, quien administraba fincas, donde “Boy” o donde Mauricio Dáez y allí, yo pasaba inolvidables momentos, donde el campo refrescaba la mente y el trinar de los pájaros, alimentaban la fluidez de mis metáforas que ya evocaban en la cartelera del inolvidable colegio Roque De Alba.

Y más tarde esos recuerdos los traspaso donde mi abuela “Carmita” Bracho Mendoza, para quien “La Neno” se convirtió en un bastón de apoyo en los momentos felices que en nuestras niñez, nos tocó pasar. ¿Cómo olvidar a “La Neno”, si ella tenía un corazón tan grande, que lo brindaba siempre a los vecinos y a sus semejantes? “La Neno”, era una mujer llena de vigor, una mujer luchadora de la vida, humana a más no decir, dicharachera, filósofa natural, excelente vecina de esas que ya no quedan, amiga sin igual, o si no que lo digan: mi madre, Socorro Morales, “Fefa” Brugés, Susana Núñez, Elba Dolores, Gladys Peñaloza, Mary Olivella, Esilda Córdoba, “La China” Orcasitas, “Tomasita” Estrada, Gloria Martínez, entre otras, y la lista se hace interminable de lo que representó “La Neno” Daza en vida. “La Neno” levantó una estirpe de familia a punta de trabajo, a punta de lucha y esfuerzos. Allí en ella estaban representadas sus hijas: Celina, Leivy, “La Chole”, Amalfi, Osiris y sus hijos Héctor, José Alberto y José Agustín y “El Mono” Celedón a quien crió como su propio hijo. Ellos todos están inconsolables, pero solo Dios sabe la hora señalada y hoy continúan llorando a su madre, tía y abuela. Pero la vida es así, y solo nos queda el recuerdo de ella, de “La Neno”, una inolvidable matrona que entristeció con su partida a todo un pueblo.

El sábado 3 de julio, fueron sus exequias, en la iglesia Santo Tomás que se encontraba al reventar, no de alegría, sino de tristeza por la partida tan tempranera de “La Neno”, la amiga sin par. Allí estaba lo más representativo de Villanueva, rodeándola sus hijos, sus nietos y sobrinos, sus hermanos José Alberto y sus hijos, Olinda y sus hijas, “La Fon” y sus hijos, Adelisa y sus hijos, los hijos de “Juancho”, todos sus vecinos, sus amigas de las vicarias, el alcalde municipal y su señora y tanta gente que la acompañó a darle el último adiós y a todos se nos hacía un nudo en la garganta por el guayabo y la tristeza de llevar a “La Neno” a su última morada.


Al evocar la memoria de “La Neno” Daza, sentimos una extraña combinación de tristeza y emoción: tristeza por el inmenso vacío que nos dejó con su inesperada muerte y emoción al recrear su vida, llena de inolvidables páginas de su casa que se convirtió en un tertuliadero, donde se hablaba de todo, desde la política, los aconteceres de nuestro pueblo y la mamadera de gallo de sus sobrinos Augusto Amaya, José Aníbal Daza, Jaime Celedón, Jesús Adrian Daza, entre otros.

Con toda certeza, nos harán sentir de que “La Neno” no se ha ido, que permanece a través de sus recuerdos con nosotros; por eso podemos decir con el poeta Walt Whitman: no se ha ido, sencillamente está lejos/ con una alegre sonrisa y un ademán de su mano/ se ha adentrado en un País extraño/ y nos ha dejado preguntándonos con sorpresa/ cuán bella podrá ser aquella tierra/ en la que tanto se demora.

Paz en tu tumba mi querida e inolvidable “Neno”, el Dios Todopoderoso te dé el descanso eterno.

1 Comentarios

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  1. muy buen escrito, y el mejor homenaje para una mujer que nos deja un ejemplo de convivencia y teson para salir adelante.

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