Por: José Fontalvo De La Hoz.
De ser cierto que las pirámides son lavanderías de los paras, narcotraficantes y las FARC, donde se cristalizan los activos de estas agrupaciones que manejan inmensidades de millones de dólares nos pone a pensar, muy cuidadosamente, para comprender el alcance de la penetración no solo política sino económica que han tenido en la vida del estado colombiano en los últimos cincuenta y mas años. La realidad de estos fenómenos no la podemos ocultar con el solo hecho de que el gobierno nos diga que es una mentira y un falso de sus opositores, cuando sus efectos hacen convulsionar la tranquilidad del pueblo en los instantes en que no se les permite a los socios de las pirámides seguir con ese negocio por ser fraudulento; sin embargo, los depositantes de los recursos insisten en que sí les están cumpliendo a cabalidad, que los dejen trabajar por ser una de las pocas oportunidades que tienen para cubrir el sostenimiento de las familias.
En las regiones sin presencia del estado es donde han hecho su aparición las pirámides por la poca oportunidad que la banca tradicional les brinda a estos pobladores abandonados y alejados de la civilización. Lo que no les brinda la oficialidad se los dan agrupaciones al margen de la ley. El control de la nación se nos esta saliendo de las manos.
La aparición de las pirámides en territorio colombiano hace bastante tiempo y la de la comercializadora D M G, como la llaman sus directivos, ni se diga. Sus existencias fueron consentidas y admitidas por las autoridades encargadas de vigilar este tipo de organizaciones. El gobierno tuvo tardanza en tomar la decisión de intervenirlas, solo bastaba conceptuar que eran ilegales y, además, gérmenes de futuras defraudaciones a sus depositantes. Es mejor prevenir que lamentar. Si se toman los correctivos a tiempo, iniciando las correspondientes investigaciones mas temprano que tarde se hubiera descubierto con toda certeza el origen de los capitales que estaban utilizando las pirámides. Se supiera con exactitud si los capitales provienen de los paras, los narcos y los grupos alzados en armas.
En principio se consideró a las captadoras de dinero como unos simples enanos, pero no tanto, porque tomaron una corpulencia semejante a los dinosaurios que tuvieron la capacidad de hacerle muchísimo daño a la naturaleza. Han sido capaces, primero, de desestabilizar a las familias envueltas en este negocio que les ofrecían dividendos de más del 100% de lo invertido por mes vencido y, en segundo término, algunos de sus ahorradores por desesperación al presumir que sus dineros se perderían por no tener un respaldo económico y jurídico, optaron por el suicidio como vía fácil para resolver un problema tan complejo como la pérdida total de los ahorros de toda una vida. Otros, la gran mayoría en las regiones originarias de las pirámides han hecho barricadas para exigir del gobierno que los dejen trabajar porque es la única forma segura y fácil de obtener lo suficiente para garantizarle a sus hijos una buena educación y atención a toda la familia.
Esta es una situación intrincada, no es fácil su solución. Sería conveniente revisar el sistema bancario nacional e internacional para ver cuales son sus bondades e inconvenientes para los usuarios nacionales. Proponerle al sistema bancario aplicar una tasa de interés mínima y cómoda a todos sus deudores con el fin de que haya un fácil acceso de todos los colombiano a los bancos y evitar su conexión con entidades o personas usureras que los arrastren a la ruina y desesperación.
Asegurarnos, después de un estudio serio, si realmente el dinero llegado o captado por las pirámides procede de las FARC, las AUC o de los narcotraficantes. Da lo mismo el uno que el otro, porque los tres controlan el negocio de los narcóticos. Se podría afirmar que toda la economía colombiana tiene su fundamento en el capital procedente del narcotráfico, y las FARC en los departamentos del sur, ya habrían puesto a funcionar un mecanismo en que el hombre-pueblo tiene abundantes dividendos por medios reprochables como la usura, en el proceso no propiamente de producción. Sería un estímulo que impulsaría a todos los habitantes, donde tienen mayor presencia, a seguir sus orientaciones. Los últimos acontecimientos en los departamentos de Nariño, Putumayo, Huila y Cauca lo demuestran con toda objetividad.
Es tanta la repercusión que han tenido estas pirámides incluida DMG, la de mayores y mortíferos tentáculos, que sus espectros se han hecho sentir con virulencia en todo el organismo del estado colombiano. No se ha quedado un sector del estado sin ser estremecido por la avalancha de las pirámides. Quién podría creer que los efectos de las pirámides incidieran en la decisión del congreso de aplazar la segunda reelección continúa del actual presidente de la republica, solo por la presión a los congresistas de los habitantes de las regiones que mas han sufrido los rigores del cierre de las pirámides. Hasta algunos congresistas han tenido que salir a confesarse públicamente, negando su vinculación en negocios con las captadoras de dinero. ¿No será que las pirámides son como las boas que comprimen el cuerpo de sus presas? Amanecerá y veremos.
En las regiones sin presencia del estado es donde han hecho su aparición las pirámides por la poca oportunidad que la banca tradicional les brinda a estos pobladores abandonados y alejados de la civilización. Lo que no les brinda la oficialidad se los dan agrupaciones al margen de la ley. El control de la nación se nos esta saliendo de las manos.
La aparición de las pirámides en territorio colombiano hace bastante tiempo y la de la comercializadora D M G, como la llaman sus directivos, ni se diga. Sus existencias fueron consentidas y admitidas por las autoridades encargadas de vigilar este tipo de organizaciones. El gobierno tuvo tardanza en tomar la decisión de intervenirlas, solo bastaba conceptuar que eran ilegales y, además, gérmenes de futuras defraudaciones a sus depositantes. Es mejor prevenir que lamentar. Si se toman los correctivos a tiempo, iniciando las correspondientes investigaciones mas temprano que tarde se hubiera descubierto con toda certeza el origen de los capitales que estaban utilizando las pirámides. Se supiera con exactitud si los capitales provienen de los paras, los narcos y los grupos alzados en armas.
En principio se consideró a las captadoras de dinero como unos simples enanos, pero no tanto, porque tomaron una corpulencia semejante a los dinosaurios que tuvieron la capacidad de hacerle muchísimo daño a la naturaleza. Han sido capaces, primero, de desestabilizar a las familias envueltas en este negocio que les ofrecían dividendos de más del 100% de lo invertido por mes vencido y, en segundo término, algunos de sus ahorradores por desesperación al presumir que sus dineros se perderían por no tener un respaldo económico y jurídico, optaron por el suicidio como vía fácil para resolver un problema tan complejo como la pérdida total de los ahorros de toda una vida. Otros, la gran mayoría en las regiones originarias de las pirámides han hecho barricadas para exigir del gobierno que los dejen trabajar porque es la única forma segura y fácil de obtener lo suficiente para garantizarle a sus hijos una buena educación y atención a toda la familia.
Esta es una situación intrincada, no es fácil su solución. Sería conveniente revisar el sistema bancario nacional e internacional para ver cuales son sus bondades e inconvenientes para los usuarios nacionales. Proponerle al sistema bancario aplicar una tasa de interés mínima y cómoda a todos sus deudores con el fin de que haya un fácil acceso de todos los colombiano a los bancos y evitar su conexión con entidades o personas usureras que los arrastren a la ruina y desesperación.
Asegurarnos, después de un estudio serio, si realmente el dinero llegado o captado por las pirámides procede de las FARC, las AUC o de los narcotraficantes. Da lo mismo el uno que el otro, porque los tres controlan el negocio de los narcóticos. Se podría afirmar que toda la economía colombiana tiene su fundamento en el capital procedente del narcotráfico, y las FARC en los departamentos del sur, ya habrían puesto a funcionar un mecanismo en que el hombre-pueblo tiene abundantes dividendos por medios reprochables como la usura, en el proceso no propiamente de producción. Sería un estímulo que impulsaría a todos los habitantes, donde tienen mayor presencia, a seguir sus orientaciones. Los últimos acontecimientos en los departamentos de Nariño, Putumayo, Huila y Cauca lo demuestran con toda objetividad.
Es tanta la repercusión que han tenido estas pirámides incluida DMG, la de mayores y mortíferos tentáculos, que sus espectros se han hecho sentir con virulencia en todo el organismo del estado colombiano. No se ha quedado un sector del estado sin ser estremecido por la avalancha de las pirámides. Quién podría creer que los efectos de las pirámides incidieran en la decisión del congreso de aplazar la segunda reelección continúa del actual presidente de la republica, solo por la presión a los congresistas de los habitantes de las regiones que mas han sufrido los rigores del cierre de las pirámides. Hasta algunos congresistas han tenido que salir a confesarse públicamente, negando su vinculación en negocios con las captadoras de dinero. ¿No será que las pirámides son como las boas que comprimen el cuerpo de sus presas? Amanecerá y veremos.
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