Por: Elider Villar Ustariz (Tomado de diario El Pilón)
Muchas cuartillas han escrito sobre la vida de Juan Félix Daza Martínez. A sus 80 años, es uno de los personajes vivientes de los cantos de Rafael Escalona Martínez.
Muchas cuartillas han escrito sobre la vida de Juan Félix Daza Martínez. A sus 80 años, es uno de los personajes vivientes de los cantos de Rafael Escalona Martínez.
En Villanueva, durante muchos años lo recordarán por su agradable prosa, permanente sentido de buen humor, y sobre todo esa agilidad mental para narrar cuentos y anécdotas productos de su realismo fantástico, lo cual lo ha hecho famoso en todo el sur de la península de La Guajira y el norte del Cesar.
Actualmente vive en Valledupar, donde desde su lecho de enfermo recuerda con nostalgia, gracias a su buena memoria, a sus amigos residentes en los diferentes barrios de Villanueva y de otras partes del país, las famosas parrandas que organizaba, lo mismo que las diferentes fechas de las fiestas villanueveras y de la región.
Su hijo, Juan Félix Daza Cárdenas, asegura tener un padre ejemplar en el cumplimiento de sus obligaciones, siempre mantuvo unida la familia, a pesar de que tuvo su prole con varias mujeres, 18 en total, tres de ellos fallecidos.
Tiene fama de haber organizado las parrandas más grandes y tradicionales de la región. Cabe destacar el interés que tuvo Juan Félix Daza por darle educación a sus hijos, de los cuales logro profesionalizar a 13 de ellos, entre los que hay tres médicos, tres odontólogos, dos administradores de empresa, un ingeniero civil, un abogado, una terapista ocupacional, una psicóloga y un técnico en maquinarias pesadas.
Juana María Cárdenas Sierra, una de sus eternas compañeras sentimentales, con la cual tuvo siete hijos, lo recuerda como un hombre romántico, como un novio detallista, serenatero y buen compañero de hogar. Se conocieron en la puerta del cine ‘María Eugenia’ de propiedad del ‘viejo Ruedas’ en Villanueva, mientras ella esperaba que sonara la marcha por el altoparlante, representada con la música de la canción ‘El Barrilito’, para ingresar al lugar de los grandes espectáculos de la época; y de ésta manera apreciar la película mejicana anunciada.
A Juan Félix Daza lo consideran sus amigos como un juglar, de esos que existían en la Edad Media en España, por su memoria envidiable para narrar cuentos, anécdotas, contar historias o unos buenos chistes; en las parrandas, en las casas de sus amigos.
Con frecuencia iba de casa en casa de sus amigos residentes en los barrios El Cafetal, San Luis, Delicias, El Centro u Hormigueral, a contar su realismo fantástico producto de su capacidad creativa mental.
Gran parte de sus famosas anécdotas son producto de su realismo imaginario, nacido de su creatividad macondiana.
Grandes amigos
Como buen villanuevero, conservó grandes y viejos amigos. Sobresalen Poncho Cotes, Wilson Barros, Rafael Escalona, Beltrán Orozco, Toño Salas, Emiliano Zuleta Baquero, entre quienes asumió un gran liderazgo en las parrandas por su famosa e inolvidable prosa.
Juan Félix fue una gran lector lo que le permitió una formación cultural, la que compartía con sus hijos y amigos de los pueblos circunvecinos, tal como la hacía Melquíades, el de ‘Cien años de soledad’.
El médico Juan Félix, ‘Juanfe’, como lo conocen en Villanueva, manifiesta que “mi papá toda la vida ha sido un persona servicial, con frecuencia contribuía a darle solución algunas necesidades presentadas por sus amigos.
Su capacidad para crear cuentos fantásticos era enorme, al estilo de los grandes narradores de cuentos de la región, sacados de la vida cotidiana para hacerle más agradable la tertulia o la parranda improvisada, debajo de un palo de mango en los barrio El Cafetal, San Luis”.
“Lástima que a Juan Félix no se le dio por escribir esos episodios fantásticos para que quedara testimonio de esa creatividad literaria innata para las generaciones futuras.
Si Gabo, el de Aracataca, hubiese participado en una de las tertulias de Juan Félix, estoy segura que parte de ese realismo fantástico lo utilizara en sus famosos cuentos”, comenta la licenciada María del Rosario Maldonado Verdecia.
Producto de su real imaginario, existen muchos cuentos, anécdotas, chistes e historias, gran parte de ellos salen de su pensamiento fantástico, donde sus personajes son sus amigos, los contextos, un patio de cualquier barrio de Villanueva, lo cual ha permitido de que en el sur de la provincia de Padilla lo consideren como el hombre del realismo fantástico.
Cuentos y anécdotas
A continuación presentamos algunos de sus cuentos y anécdotas, narradas por sus compadres del alma y amigos. “Un vez, Juan Félix Daza dejó un reloj marca Mido colgado de la rama de un pequeño árbol que se encontraba en crecimiento. Quince años después se acordó de su costoso reloj, fue al lugar donde lo había dejado, encontró un gigantesco árbol. En la misma rama que la había dejado, el reloj funcionaba perfectamente.
Hugues Rosado Amaya. “Una vez se me presentó el compadre Juan Félix a hacerme una visita a la casa. Yo estaba sacando un palo de caucho frente a mi residencia. Me dijo, Compadre, lo bien que hace, destruya ese palo, porque le va a destruir la casa. Le voy a contar lo siguiente, Tengo un compadre en Valledupar y fui a visitarlo. Estando tomándome un tinto en el comedor, observé debajo de la nevera, noté algo como una enorme culebra. Fui a ver lo que pasaba. Era la raíz de un palo de caucho, que había atravesado un piso de 50 centímetros de diámetro. Esa raíz tenía la intención de envolver a la nevera y a todos en el comedor.”
Tirso Rosado Amaya: “le contaba Juan Félix Daza a Lucas Daza, que en el instante en que Roa Sierra sacó el revólver y disparó a Gaitán, él estaba presente en el lugar. En ese momento venía el presidente de Colombia, Mariano Ospina Pérez, en un Cadilac, procedente de la finca Hatogrande. Juan Félix manifiesta que se paró delante del vehículo presidencial, haciendo señas con las manos al señor Presidente que no pasara porque en ese lugar acababan de asesinar a Jorge Eliécer Gaitán.”
“Juan Félix hace años tuvo la necesidad de viajar a Londres. Se le ocurrió alquilar un automóvil. En una de las calles lo parqueó mal. Se le apareció un policía, hablándole en inglés. Él le contestó que le hablara en español. El policía se quedó observándolo durante un rato y le manifestó sorprendido, ¡Ah, eres tu ‘Felle’. Yo te conozco a ti. -¿Tú de dónde eres? Le preguntó Juan Félix, sorprendido.
El Policía le respondió, yo soy de Urumita, señor Juan Félix, ¿qué hay por Villanueva?
Actualmente vive en Valledupar, donde desde su lecho de enfermo recuerda con nostalgia, gracias a su buena memoria, a sus amigos residentes en los diferentes barrios de Villanueva y de otras partes del país, las famosas parrandas que organizaba, lo mismo que las diferentes fechas de las fiestas villanueveras y de la región.
Su hijo, Juan Félix Daza Cárdenas, asegura tener un padre ejemplar en el cumplimiento de sus obligaciones, siempre mantuvo unida la familia, a pesar de que tuvo su prole con varias mujeres, 18 en total, tres de ellos fallecidos.
Tiene fama de haber organizado las parrandas más grandes y tradicionales de la región. Cabe destacar el interés que tuvo Juan Félix Daza por darle educación a sus hijos, de los cuales logro profesionalizar a 13 de ellos, entre los que hay tres médicos, tres odontólogos, dos administradores de empresa, un ingeniero civil, un abogado, una terapista ocupacional, una psicóloga y un técnico en maquinarias pesadas.
Juana María Cárdenas Sierra, una de sus eternas compañeras sentimentales, con la cual tuvo siete hijos, lo recuerda como un hombre romántico, como un novio detallista, serenatero y buen compañero de hogar. Se conocieron en la puerta del cine ‘María Eugenia’ de propiedad del ‘viejo Ruedas’ en Villanueva, mientras ella esperaba que sonara la marcha por el altoparlante, representada con la música de la canción ‘El Barrilito’, para ingresar al lugar de los grandes espectáculos de la época; y de ésta manera apreciar la película mejicana anunciada.
A Juan Félix Daza lo consideran sus amigos como un juglar, de esos que existían en la Edad Media en España, por su memoria envidiable para narrar cuentos, anécdotas, contar historias o unos buenos chistes; en las parrandas, en las casas de sus amigos.
Con frecuencia iba de casa en casa de sus amigos residentes en los barrios El Cafetal, San Luis, Delicias, El Centro u Hormigueral, a contar su realismo fantástico producto de su capacidad creativa mental.
Gran parte de sus famosas anécdotas son producto de su realismo imaginario, nacido de su creatividad macondiana.
Grandes amigos
Como buen villanuevero, conservó grandes y viejos amigos. Sobresalen Poncho Cotes, Wilson Barros, Rafael Escalona, Beltrán Orozco, Toño Salas, Emiliano Zuleta Baquero, entre quienes asumió un gran liderazgo en las parrandas por su famosa e inolvidable prosa.
Juan Félix fue una gran lector lo que le permitió una formación cultural, la que compartía con sus hijos y amigos de los pueblos circunvecinos, tal como la hacía Melquíades, el de ‘Cien años de soledad’.
El médico Juan Félix, ‘Juanfe’, como lo conocen en Villanueva, manifiesta que “mi papá toda la vida ha sido un persona servicial, con frecuencia contribuía a darle solución algunas necesidades presentadas por sus amigos.
Su capacidad para crear cuentos fantásticos era enorme, al estilo de los grandes narradores de cuentos de la región, sacados de la vida cotidiana para hacerle más agradable la tertulia o la parranda improvisada, debajo de un palo de mango en los barrio El Cafetal, San Luis”.
“Lástima que a Juan Félix no se le dio por escribir esos episodios fantásticos para que quedara testimonio de esa creatividad literaria innata para las generaciones futuras.
Si Gabo, el de Aracataca, hubiese participado en una de las tertulias de Juan Félix, estoy segura que parte de ese realismo fantástico lo utilizara en sus famosos cuentos”, comenta la licenciada María del Rosario Maldonado Verdecia.
Producto de su real imaginario, existen muchos cuentos, anécdotas, chistes e historias, gran parte de ellos salen de su pensamiento fantástico, donde sus personajes son sus amigos, los contextos, un patio de cualquier barrio de Villanueva, lo cual ha permitido de que en el sur de la provincia de Padilla lo consideren como el hombre del realismo fantástico.
Cuentos y anécdotas
A continuación presentamos algunos de sus cuentos y anécdotas, narradas por sus compadres del alma y amigos. “Un vez, Juan Félix Daza dejó un reloj marca Mido colgado de la rama de un pequeño árbol que se encontraba en crecimiento. Quince años después se acordó de su costoso reloj, fue al lugar donde lo había dejado, encontró un gigantesco árbol. En la misma rama que la había dejado, el reloj funcionaba perfectamente.
Hugues Rosado Amaya. “Una vez se me presentó el compadre Juan Félix a hacerme una visita a la casa. Yo estaba sacando un palo de caucho frente a mi residencia. Me dijo, Compadre, lo bien que hace, destruya ese palo, porque le va a destruir la casa. Le voy a contar lo siguiente, Tengo un compadre en Valledupar y fui a visitarlo. Estando tomándome un tinto en el comedor, observé debajo de la nevera, noté algo como una enorme culebra. Fui a ver lo que pasaba. Era la raíz de un palo de caucho, que había atravesado un piso de 50 centímetros de diámetro. Esa raíz tenía la intención de envolver a la nevera y a todos en el comedor.”
Tirso Rosado Amaya: “le contaba Juan Félix Daza a Lucas Daza, que en el instante en que Roa Sierra sacó el revólver y disparó a Gaitán, él estaba presente en el lugar. En ese momento venía el presidente de Colombia, Mariano Ospina Pérez, en un Cadilac, procedente de la finca Hatogrande. Juan Félix manifiesta que se paró delante del vehículo presidencial, haciendo señas con las manos al señor Presidente que no pasara porque en ese lugar acababan de asesinar a Jorge Eliécer Gaitán.”
“Juan Félix hace años tuvo la necesidad de viajar a Londres. Se le ocurrió alquilar un automóvil. En una de las calles lo parqueó mal. Se le apareció un policía, hablándole en inglés. Él le contestó que le hablara en español. El policía se quedó observándolo durante un rato y le manifestó sorprendido, ¡Ah, eres tu ‘Felle’. Yo te conozco a ti. -¿Tú de dónde eres? Le preguntó Juan Félix, sorprendido.
El Policía le respondió, yo soy de Urumita, señor Juan Félix, ¿qué hay por Villanueva?
Un grande mi abuelo
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