Cuando el ex Representante a
Esa idea de Kin, habrá de ser retomada algún día para darle un alcance práctico, puesto que una fiesta tan grande como el Festival Cuna de Acordeones debería dejar más beneficios económicos a la población anfitriona. Tal vez hay demasiados líderes organizando el festejo y ninguno haciendo cuentas.
Sería bueno explorar, por ejemplo, la posibilidad de organizar parrandas comerciales. Me explico: dado que Villanueva no cuenta con la infraestructura que tiene Valledupar para montar los grandes espectáculos que dejan jugosas ganancias y dan participación a los comerciantes informales, podría sacarle provecho a su limitación a través de la descentralización de la fiesta vallenata más pura de Colombia. ¿Cómo? Mediante la promoción y estímulo de parrandas hechas en patios frescos, adecuados para atender a los turistas, quienes podrían disfrutar durante el día de un escenario típico, rico en atenciones, lleno de folclor y amabilidad. Allí podrían pagar una entrada a un precio cómodo; comprar el licor de su gusto; comerse un buen sancocho, etc. También podrían, porqué no, comprar artesanías, o camisetas estampadas con motivos del Festival. Todo esto, mientras se divierten con un buen conjunto de acordeón, caja y guacharaca.
Claro está que para construir y desarrollar una idea como esa es necesario olvidarse un poco del excesivo ritualismo del que padecen muchos vallenatólogos, y pensar más en el turista; en sus gustos y en su comodidad. Pero sobre todo, hay que contar con alguien que se apersone de esa tarea. Que se tome el trabajo de investigar cuáles villanueveros residentes en el pueblo esperan invitados y cuáles residentes en otros lugares traerán invitados. Que les consulte qué piensan hacer con esos visitantes; cuáles son los planes que tienen para con ellos, y les plantee la idea de una parranda como esta para percibir su disposición. Que averigüe también si alguna empresa promotora de turismo está pensando en dirigir algún grupo hacia Villanueva.
Luego deberá hacer un cálculo de cuántos visitantes sin plan específico se esperan, para entonces sí, determinar cuántas parrandas comerciales serían necesarias. Una vez hecha esta estimación, lo que sigue es vender la idea a posibles inversionistas villanueveros, a quienes
La persona más indicada para dirigir un plan como este debe ser alguien dotado de diligencia y laboriosidad sin límites, que no resulte inferior al encargo y que además conozca el festival por dentro. Ojala sea un villanuevero colaborador, miembro de
De otra parte, debo aclarar que yo soy un amante de los concursos propios de un festival de música vallenata, los cuales brindan la posibilidad de disfrutar el evento al ciento por ciento. Pero hay que reconocer que mucha gente, especialmente la que viene del interior del país, queda sin algo que hacer durante el día porque no ven en ese programa el espacio que les permitirá sacar toda la energía rumbera reprimida. Esa es una atmósfera creada para los que nos gusta analizar el vallenato; para aquellos a los que nos da placer hilar delgado cuando hablamos de nuestro folclor. Pues bien, la parranda comercial le caería como anillo al dedo a los primeros. Ellos serían, por fin, incluidos en la programación del Festival.
Quiero, así mismo, manifestar que esta humilde propuesta la hago con motivo de la convocatoria que de todos los profesionales del pueblo está haciendo desde Bogotá la gran dama del Festival, Luzmila López, pero igualmente con el ánimo de plantear la búsqueda de caminos que conduzcan a Villanueva a un nivel de integración y de organización tal, que produzca una cohesión perfecta entre sus organizaciones privadas y las instituciones públicas de todo orden, en pro de un ideal realizable. Pensando en eso, el Festival es, sin duda, un buen punto de partida, ya que su capacidad de convocatoria y su grandeza nos presta un balcón desde el cual podemos visualizar unidos, es decir, sin discriminaciones, el futuro realista que podemos forjar para el pueblo. De manera que el aprovechamiento de esa coyuntura para iniciar cambios en la mentalidad poco mercantilista de los villanueveros y para darle vida a programas de cultura ciudadana que requieran la disposición de todo el pueblo, es una obligación. Por eso, para cuando llegue esa fecha, ya deben estar preparadas por parte de los miembros de
Por último, hay que decir que es muy bueno el ambiente que desde ya se vislumbra en relación con la realización de muchas parrandas privadas destinadas a atender a personalidades de importancia regional y nacional. Eso demuestra que ese ambiente no ha perdido su lugar de privilegio entre los tipos de reuniones que permiten crear amistades y fortalecer las ya establecidas. La parranda es la institución fundamental del folclor vallenato. Pueda ser que en el próximo Festival Cuna de Acordeones sean muchas y que esas oportunidades se aprovechen al máximo, con prudencia y elegancia.
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