Infortunio

Por: José Fontalvo De La Hoz
chindo79@hotmail.com
La estadía del hombre sobre la tierra no es para que lleve una vida muelle y dedicada al turismo. El solo nacimiento implica un compromiso ineludible con el trabajo arduo, constante y sostenido dirigido siempre a procurar lo mejor para la especie humana. No puede estar esperando que la naturaleza todo se lo entregue y brinde, necesita intercambiar con ella, para que con un movimiento armónico consiga en todo momento lo necesario para su sostenimiento. Es mas el tiempo de preocupación y trabajo abnegado que el dedicado al descanso y recreación, debido al compromiso que lleva sobre sus hombros de mantener en las mejores condiciones a la especie para que siga sin interrupción su prolongación en el tiempo. A nivel individual o en el seno familiar, a través de su vida puede encontrar sinnúmero de inconvenientes que podrían hacerlo sentir incapaz e incompetente para desempeñar el papel que por naturaleza le corresponde. Tan impedido para su labor que se sentiría dispuesto a tocar puertas en el mundo imaginario de la superstición. Puede ocurrirle en momentos de tribulación, como la dificultad de la esposa para tener la criatura necesitando de una intervención quirúrgica por presentar síntomas de parto antes del número de semanas requeridas para una normal gestación, y llegue al mundo un nuevo ser antes de tiempo y por ello se empequeñezca cayendo en un estado de desanimo y desconcierto. Mientras esto sucede con su familia otro tanto se da con su trabajo informal, porque si no trabaja no gana dinero para sostener a las personas que tenga a su cargo y con mas razón para el recién nacido prematuramente.

Hombre sin apoyo de sus padres, y por los lados de la familia de la esposa, todo anda manga por hombro. Desecho anímicamente por la falta de protección y estímulo que lo inciten a pensar antes de actuar sobre todo en medio de circunstancias adversas que posibilitan los errores.

Por ser un hombre sin la colaboración de los familiares de su esposa y de los suyos, en estos momentos de confusión, siente la necesidad de distribuir sus pocos hijos entre amigos mientras pasa el chaparrón, y reunirlos posteriormente para que la unidad familiar no pierda su cohesión y pueda servir de apoyo fundamental en la constitución del estado. Todo un rosario de sucesos adversos ensombrecieron el panorama de este infatigable trabajador que no daba su brazo a torcer y el advenimiento de cada adversidad le proporcionaba mas fuerzas y coraje para sobreponerse a la complejidad fatídica que lo envolvía a cada instante de su existencia. Tiene que afrontar primero la cesárea de su esposa para salvar la vida del nuevo ser, que sin quererlo ha decido ver la luz del mundo antes de tiempo, y en fila india una sucesión de imponderables que le complicaron mucho mas el panorama que por cierto no era el mas despejado. Parecería que se estuviera ejecutando una nota de cobro por su mal comportamiento, posiblemente con la naturaleza, que en todo momento está dispuesta a hacer respetar sus derechos frente a acciones que menoscaben su integridad. El rendimiento en su trabajo independiente sufre un retroceso porque como por efecto de un sino los instrumentos que utiliza en las faenas diarias se despedazaron, situación difícil de resolver por la incapacidad económica para reponerlos. Su mente se obnubila perdiendo la capacidad para imaginar los procesos que pondría en ejecución para darle solución a las múltiples dificultades que se le han convertido en familiares o endémicas. Su taller está desolado, la clientela se ha retirado por carecerse de lo primordial, los instrumentos de trabajo; la afabilidad y cordura que antes eran botones de muestra, hoy por su inexistencia los clientes preguntan intrigados ¿qué pudo haber ocurrido en el negocio; si son cosas de Dios o cosas supuestas? Van y vienen las sugerencias de cómo retomar el antiguo camino de la prosperidad y buena reputación del taller. Aconsejan mantener un aseo intachable en todas sus instalaciones para cumplir con uno de los postulados de la Biblia que consiste en lustrar por lo menos cada cinco años el alma sacándole todas las suciedades pues estas trasmiten energía negativa que es lo que podría estar pasando con los relacionados del taller. Cambiar la mueblería desvencijada por el uso y reemplazarla por otra nueva que favoreciera la normalidad de las actividades laborales y le proporcionara nueva imagen al negocio. Le recomendaron que utilizara los servicios de un sordomudo por ser de buena resistencia como de buen augurio para estandarizar el ambiente decaído en el lugar de trabajo. En principio se entusiasmó con lo del sordomudo por haber creído conseguir la salvación de su calvario. No faltaron personas que al saber de la posible vinculación de ese personaje, corrieron raudas para informar que se abstuviera de contratarlo por tener obsesiva inclinación a lo ajeno. A pesar de la fatalidad que lo asediaba no perdió la viveza mental para discernir sobre lo del sordomudo decidiéndose a no tenerlo en cuenta por considerar que no podía aumentar sus problemas con otro mas, teniendo que pagar lo que posiblemente le pudiera sustraer el nuevo acompañante a su clientela que ya no ocupaba sus servicios, ahora mucho menos al saber de la llegada del amigo de lo ajeno que completaría el cuadro del infortunio que llevaba no solo en el cuerpo sino en el alma.

Nadie está libre de adversidades, a cada uno de nosotros nos corresponde un porcentaje de las que ocurran en nuestro planeta. Necesitamos ánimo e inteligencia para resolverlas.


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